domingo, 26 de febrero de 2012

Cantata Santa María de Iquique

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Pregón  

(Luis Advis)

Señoras y Señores
venimos a contar
aquello que la historia
no quiere recordar.
Pasó en el Norte Grande,
fue Iquique la ciudad.
Mil novecientos siete
marcó fatalidad.
Allí al pampino pobre
mataron por matar.

Seremos los hablantes
diremos la verdad.
Verdad que es muerte amarga
de obreros del Salar.
Recuerden nuestra historia
de duelo sin perdón.
Por más que el tiempo pase
no hay nunca que olvidar.
Ahora les pedimos
que pongan atención.

Relato I 

(Luis Advis)


Si contemplan la pampa y sus rincones
verán las sequedades del silencio,
el suelo sin milagro y Oficinas vacías,
como el último desierto.

Y si observan la pampa y la imaginan
en tiempos de la Industria del Salitre
verán a la mujer y al fogón mustio,
al obrero sin cara, al niño triste.

También verán la choza mortecina,
la vela que alumbraba su carencia,
algunas calaminas por paredes
y por lecho, los sacos y la tierra.

También verán castigos humillantes,
un cepo en que fijaban al obrero
por días y por días contra el sol;
no importa si al final se iba muriendo.

La culpa del obrero, muchas veces,
era el dolor altivo que mostraba.
Rebelión impotente, ¡una insolencia!
La ley del patrón rico es ley sagrada.

También verán el pago que les daban.
Dinero no veían, sólo fichas;
una por cada día trabajado,
y aquélla era cambiada por comida.

¡Cuidado con comprar en otras partes!
De ninguna manera se podía
aunque las cosas fuesen más baratas.
Lo había prohibido la Oficina.

El poder comprador de aquella ficha
había ido bajando con el tiempo
pero el mismo jornal seguían pagando.
Ni por nada del mundo un aumento.

Si contemplan la pampa y sus rincones
verán las sequedades del silencio.
Y si observan la pampa cómo fuera
sentirán, destrozados, los lamentos.

VIDEO Pregón y Relato I: http://www.youtube.com/watch?v=El-PYclXM6w&feature=related

Canción I 

(Luis Advis)


El sol en desierto grande
y la sal que nos quemaba.
El frío en las soledades,
camanchaca y noche larga.
El hambre de piedra seca
y quejidos que escuchaba.
La vida de muerte lenta
y la lágrima soltada.

Las casas desposeídas
y el obrero que esperaba
al sueño que era el olvido
sólo espina postergada.
El viento en la pampa inmensa
nunca más se terminara.
Dureza de sequedades
para siempre se quedara.

Salitre, lluvia bendita,
se volvía la malvada.
La pampa, pan de los días,
cementerio y tierra amarga.
Seguía pasando el tiempo
y seguía historia mala,
dureza de sequedades
para siempre se quedara.

Relato II


Se había acumulado mucho daño,
mucha pobreza, muchas injusticias;
ya no podían más y las palabras
tuvieron que pedir lo que debían.

A fines de mil novecientos siete
se gestaba la huelga en San Lorenzo
y al mismo tiempo todos escuchaban
un grito que volaba en el desierto.

De una a otra Oficina, como ráfagas,
se oían las protestas del obrero.
De una a otra Oficina, los Señores,
el rostro indiferente o el desprecio.

Qué les puede importar la rebeldía
de los desposeídos, de los parias.
Ya pronto volverán arrepentidos,
el hambre los traerá, cabeza gacha.

¿Qué hacer entonces, qué, si nadie escucha?
Hermano con hermano preguntaban.
Es justo lo pedido y es tan poco
¿tendremos que perder las esperanzas?

Así, con el amor y el sufrimiento
se fueron aunando voluntades,
en un solo lugar comprenderían,
había que bajar al puerto grande.

Canción II 


Vamos mujer,
partamos a la ciudad.
Todo será distinto,
no hay que dudar.
No hay que dudar,
confía, ya vas a ver,
porque en Iquique
todos van a entender.

Toma mujer mi manta,
te abrigará.
Ponte al niñito en brazos,
no llorará.
No llorará, confía,
va a sonreír.
Le cantarás un canto,
se va a dormir.

¿Qué es lo que pasa?,
dime, no calles más.

Largo camino tienes
que recorrer
atravesando cerros,
vamos mujer.
Vamos mujer, confía,
que hay que llegar
en la ciudad
podremos ver todo el mar.

Dicen que Iquique es grande
como un Salar,
que hay muchas casas lindas,
te gustarán.
Te gustarán, confía,
como que hay Dios,
allá en el puerto todo
va a ser mejor.

¿Qué es lo que pasa?,
dime, no calles más.

Vamos mujer,
partamos a la ciudad.
Todo será distinto,
no hay que dudar.
No hay que dudar, confía,
ya, vas a ver,
porque en Iquique
todos van a entender.

Relato III


Del quince al veintiuno,
mes de diciembre,
se hizo el largo viaje
por las pendientes.
Veintiséis mil bajaron
o tal vez más
con silencios gastados
en el Salar.
Iban bajando ansiosos,
iban llegando
los miles de la pampa,
los postergados.
No mendigaban nada,
sólo querían
respuesta a lo pedido,
respuesta limpia.

Algunos en Iquique
los comprendieron
y se unieron a ellos,
eran los Gremios.
Y solidarizaron
los carpinteros,
los de la Maestranza,
los carreteros,
los pintores y sastres,
los jornaleros,
lancheros y albañiles,
los panaderos,
gasfiteres y abastos,
los cargadores.
Gremios de apoyo justo,
de gente pobre.

Los Señores de Iquique
tenían miedo;
era mucho pedir
ver tanto obrero.
El pampino no era
hombre cabal,
podía ser ladrón
o asesinar.
Mientras tanto las casas
eran cerradas,
miraban solamente
tras las ventanas.
El Comercio cerró
también sus puertas,
había que cuidarse
de tanta bestia.
Mejor que los juntaran
en algún sitio,
si andaban por las calles
era un peligro.

VIDEO Canción I Relato II y Canción II:  http://www.youtube.com/watch?v=LjDCK1e-_Hg&feature=related

Interludio cantado


Se han unido con nosotros
compañeros de esperanza
y los otros, los más ricos,
no nos quieren dar la cara.

Hasta Iquique nos hemos venido
pero Iquique nos ve como extraños.
Nos comprenden algunos amigos
y los otros nos quitan la mano.

Relato IV


El sitio al que los llevaban
era una escuela vacía
y la escuela se llamaba
Santa María.

Dejaron a los obreros,
los dejaron con sonrisas.
Que esperaran les dijeron
sólo unos días.

Los hombres se confiaron,
no les faltaba paciencia
ya que habían esperado
la vida entera.

Siete días esperaron,
pero qué infierno se vuelven
cuando el pan se está jugando
con la muerte.

Obrero siempre es peligro.
Precaverse es necesario.
Así el Estado de Sitio
fue declarado.

El aire trajo un anuncio,
se oía tambor ausente.
Era el día veintiuno
de diciembre.

Canción III


Soy obrero pampino y soy
tan reviejo como el que más
y comienza a cantar mi voz
con temores de algo fatal.

Lo que siento en esta ocasión,
lo tendré que comunicar,
algo triste va a suceder,
algo horrible nos pasará.

El desierto me ha sido infiel,
sólo tierra cascada y sal,
piedra amarga de mi dolor,
roca triste de sequedad.

Ya no siento más que mudez
y agonías de soledad
sólo ruinas de ingratitud
y recuerdos que hacen llorar.

Que en la vida no hay que temer
lo he aprendido ya con la edad,
pero adentro siento un clamor
y que ahora me hace temblar.

Es la muerte que surgirá
galopando en la oscuridad.
Por el mar aparecerá,
ya soy viejo y sé que vendrá.

Relato V


Nadie diga palabra
que llegará
un noble militar,
un General.
Él sabrá cómo hablarles,
con el cuidado
que trata el caballero
a sus lacayos.
El General ya llega
con mucho boato
y muy bien precavido
con sus soldados.
Las ametralladoras
están dispuestas
y estratégicamente
rodean la escuela.

Desde un balcón les habla
con dignidad.
Esto es lo que les dice
el General
«Que no sirve de nada
tanta comedia.
Que dejen de inventar
tanta miseria.
Que no entienden deberes
son ignorantes.
Que perturban el orden,
que son maleantes.
Que están contra el país,
que son traidores.
Que roban a la patria,
que son ladrones.
Que han violado a mujeres,
que son indignos.
Que han matado a soldados,
son asesinos.
Que es mejor que se vayan
sin protestar
Que aunque pidan y pidan
nada obtendrán.
Vayan saliendo entonces
de ese lugar,
que si no acatan órdenes
lo sentirán».

Desde la escuela, «El Rucio»,
obrero ardiente,
responde sin vacilar
con voz valiente,
«Usted, señor General
no nos entiende.
Seguiremos esperando,
así nos cueste.
Ya no somos animales,
ya no rebaños,
levantaremos la mano,
el puño en alto.
Vamos a dar nuevas fuerzas
con nuestro ejemplo
Y el futuro lo sabrá,
se lo prometo.
Y si quiere amenazar
aquí estoy yo.
Dispárele a este obrero
al corazón».

El General que lo escucha
no ha vacilado,
con rabia y gesto altanero
le ha disparado,
y el primer disparo es orden
para matanza
y así comienza el infierno
con las descargas.

Canción letanía


Murieron tres mil seiscientos
uno tras otro.
Tres mil seiscientos
mataron uno tras otro.

La escuela Santa María
vio sangre obrera.
La sangre que conocía
sólo miseria.

Serían tres mil seiscientos
ensordecidos.
Y fueron tres mil seiscientos
enmudecidos.

La escuela Santa María
fue el exterminio
de vida que se moría,
sólo alarido.

Tres mil seiscientas miradas
que se apagaron.
Tres mil seiscientos obreros
asesinados.

VIDEO Interludio cantado Relato IV Canción III Relato V Canción Letanía: http://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&NR=1&v=H00dzDgXK_I

Un niño juega en la escuela
Santa María.
Si juega a buscar tesoros
¿qué encontraría?

Canción IV




A los hombres de la pampa
que quisieron protestar
los mataron como perros
porque había que matar.

No hay que ser pobre, amigo,
es peligroso.
No hay ni que hablar, amigo,
es peligroso.

Las mujeres de la Pampa
se pusieron a llorar
y también las matarían
porque había que matar.

No hay que ser pobre, amiga,
es peligroso.
No hay que llorar, amiga,
es peligroso.

Y a los niños de la Pampa
que miraban, nada más,
también a ellos los mataron
porque había que matar.

No hay que ser pobre, hijito,
es peligroso.
No hay que nacer, hijito,
es peligroso.

¿Dónde están los asesinos
que mataron por matar?
Lo juramos por la tierra,
los tendremos que encontrar.
Lo juramos por la vida,
lo tendremos que encontrar.
Lo juramos por la muerte,
los tendremos que encontrar.

Lo juramos compañeros,
ese día llegará.

Canción pregón


Señoras y señores,
aquí termina
la historia de la escuela
Santa María.
Y ahora con respeto
les pediría
que escuchen la canción
de despedida.

Canción final


Ustedes que ya escucharon
la historia que se contó
no sigan allí sentados
pensando que ya pasó.
No basta sólo el recuerdo,
el canto no bastará.
No basta sólo el lamento,
miremos la realidad.

Quizás mañana o pasado
o bien, en un tiempo más,
la historia que han escuchado
de nuevo sucederá.
Es Chile un país tan largo,
mil cosas pueden pasar
si es que no nos preparamos
resueltos para luchar.
Tenemos razones puras,
tenemos por qué pelear.
Tenemos las manos duras,
tenemos con qué ganar.

Unámonos como hermanos
que nadie nos vencerá.
Si quieren esclavizarnos,
jamás lo podrán lograr.
La tierra será de todos
también será nuestro el mar.
Justicia habrá para todos
y habrá también libertad.
Luchemos por los derechos
que todos deben tener.
Luchemos por lo que es nuestro,
de nadie más ha de ser.

VIDEO Canción IV Canción Pregón Canción Final: http://www.youtube.com/watch?v=AlJFOHO1EIo&feature=related


sábado, 18 de febrero de 2012

¡Maldición de Malinche!





LA MALDICION DEL MALINCHE



Del mar los vieron llegar
mis hermanos emplumados
eran los hombres barbados
de la profecia esperada

se oyo la voz del monarca
de que el dios habia llegado
y les abrimos las puertas
por temor a lo ignorado

iban montados en bestias
como demonios del mal
iban con fuego en las manos
y cubiertos de metal
solo el valor de unos cuantos
les opuso resistencia
y al mirar correr la sangre
se llenaron de verguenza

porque los dioses ni comen
ni gozan con lo robado
y cuando nos dimos cuenta
ya todo estaba acabado

en ese error entregamos
la grandeza del pasado
y en ese error nos quedamos
300 años esclavos

se nos quedo el maleficio
de brindar al extrajero
nuestra fe  nuestra cultura
nuestro pan   nuestro dinero
hoy les seguimos cambiando
oro por cuentas de vidrios
y damos nuestra riquezas
por sus espejos con brillos

hoy en pleno siglo 20
nos siguen llegando rubios
y les abrimos la casa
y los llamamos amigos

pero si llega cansado
un indio de andar la sierra
lo humillamos y lo vemos
como extraño por su tierra

hipocrita que te muestras
humilde ante el extranjero
pero te vuelves soberbio
con tus hermanos del pueblo

maldicion de malinche
enfermedad del presente
cuando dejaras mi tierra
cuando haras libre a mi gente

Fuente: musica.com
Letra añadida por manriquelopmoran@yahoo.es


Amparo Ochoa
Gabino Palomares



VIDEO: Canción interpretada por  Amparo Ochoa Y Gabino Palomares Maldicion de Malinche
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=eyUwolkWINk

Malinche fue la hija de un cacique mexicano entregada a Cortés como esclava. Ella hablaba la lengua nahuatl, de los aztecas, y la maya. Entre los españoles había un sacerdote que había vivido algunos años con un pueblo de lengua maya. Malinche traducía de la lengua azteca a la maya y luego el sacerdote traducía del maya al español. la colaboración de Malinche con los conquistadores de su pueblo dio lugar a una leyenda conocida como La maldición de Malinche.

Leer más: http://blogsdelagente.com/detodoinformacion/2008/10/15/la-maldicion-malinche/

jueves, 16 de febrero de 2012

La tragedia griega de Europa

ESPERANDO A LOS BARBAROS







- ¿Qué esperamos reunidos en la ágora?

Es que hoy llegan los bárbaros.

- ¿Por qué el Senado está inactivo?
¿Qué pasa que los Senadores no legislan?

Porque hoy llegan los bárbaros.
¿Qué leyes pueden hacer ya los Senadores?
Los bárbaros legislarán cuando lleguen.

- ¿Por qué nuestro emperador se levantó tan temprano
y está sentado en la puerta principal de la ciudad,
solemne en su trono, luciendo la corona?

Porque hoy llegan los bárbaros.
Y el emperador espera recibir
a su jefe. Hasta ha preparado
un pergamino para entregarle. Allí
ha consignado muchos títulos y nombres.

- ¿Por qué nuestros dos cónsules y los pretores salieron
hoy con sus rojas togas bordadas?
¿Por qué llevan brazaletes con tantas amatistas,
y anillos con espléndidas y brillantes esmeraldas,
por qué empuñan hoy preciosos bastones
magníficamente recamados de oro y plata?

Porque hoy llegan los bárbaros,
y esas cosas deslumbran a los bárbaros.

- ¿Por qué los ilustres oradores no vienen como siempre
a echar sus discursos, a decir sus cosas?

Porque hoy llegan los bárbaros,
y a ellos les fastidian la elocuencia y las arengas.

- Por qué comienza de pronto esta inquietud
y confusión. (Qué serios se han vuelto los rostros).
¿Por qué se vacían rápidamente las calles y plazas
y todos vuelven a sus casas muy pensativos?

Porque anocheció y los bárbaros no han llegado.
Y algunos que han venido de las fronteras
dijeron que ya no hay bárbaros.

Y ahora qué será de nosotros sin bárbaros.
Esos hombres eran alguna solución.

Constantinos Cavafis
Traducción: Horacio Castillo


ΠΕΡΙΜΈΝΟΝΤΑΣ ΤΟΥΣ ΒΑΡΒΆΡΟΥΣ, Κ.Π. Καβάφης



- Τι περιμένουμε στην αγορά συναθροισμένοι;
Είναι οι βάρβαροι να φθάσουν σήμερα.


- Γιατί μέσα στην Σύγκλητο μια τέτοια απραξία;
Τι κάθοντ' οι Συγκλητικοί και δεν νομοθετούνε;

Γιατί οι βάρβαροι θα φθάσουν σήμερα.
Τι νόμους πια θα κάνουν οι Συγκλητικοί;
Οι βάρβαροι θα έλθουν να νομοθετήσουν.

- Γιατί ο αυτοκράτωρ μας τόσο πρωί σηκώθη,
και κάθεται στης πόλεως την πιο μεγάλη πύλη
στον θρόνο επάνω, επίσημος, φορώντας την κορώνα;

Γιατί οι βάρβαροι θα φτάσουν σήμερα.
Κι ο αυτοκράτωρ περιμένει να δεχθεί 
τον αρχηγό τους. Μάλιστα ετοίμασε
για να τον δώσει μια περγαμηνή. Εκεί
τον έγραψε τίτλους πολλούς κι ονόματα.

- Γιατί οι δυό μας ύπατοι κ' οι πραίτορες εβγήκαν
σήμερα με τες κόκκινες, τες κεντημένες τόγες'
γιατί βραχιόλια φόρεσαν με τόσους αμεθύστους,
και δαχτυλίδια με λαμπρά, γυαλιστερά σμαράγδια'
γιατί να πιάσουν σήμερα πολύτιμα μπαστούνια
μ' ασήμια και μαλάματα έκτακτα σκαλιγμένα;

- Γιατί οι βάρβαροι θα φθάσουν σήμερα'
και τέτοια πράγματα θαμπόνουν τους βαρβάρους.

- Γιατί κ' άξιοι ρήτορες δεν έρχονται σαν πάντα
να βγάλλουνε τους λόγους τους, να πούνε τα δικά τους;

Γιατί οι βάρβαροι θα φθάσουν σήμερα'
κι αυτοί βαρυούντ' ευφράδειες και δημηγορίες.

- Γιατί ν' αρχίσει μονομιάς αυτή η ανησυχία
κ' η σύγχυσις. (Τα πρόσωπα τι σοβαρά που εγίναν).
Γιατί αδειάζουν γρήγορα οι δρόμοι κ' η πλατείες,
κι όλοι γυρνούν στα σπίτια τους πολύ συλλογισμένοι;

Γιατί ενύχτωσε κ' οι βάρβαροι δεν ήλθαν.
Και μερικοί έφθασαν απ' τα σύνορα,
και είπανε πως βάρβαροι πια δεν υπάρχουν.

Και τώρα τι θα γίνουμε χωρίς βαρβάρους.
Οι άνθρωποι αυτοί ήσαν μια κάποια λύσις.

Κ. Π. Καβάφης



DEL BLOG: ARGY57

FUENTE: http://argy57.blogspot.com/2010/04/blog-post_18.html

martes, 7 de febrero de 2012

"El ilustrado mundo occidental"

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Discurso de una Madre Israelí en el Parlamento Europeo


Nurit Peled-Elhanan es una activista por la paz israelí y una de las fundadoras del Círculo de Padres - Foro de Familias (the Parents Circle - Families Forum). Tras la muerte de su hija Smadar Elhanan, que tenía 13 años cuando fue asesinada por un terrorista suicida en Jerusalén en septiembre de 1997, ella comenzó a realizar una crítica abierta y directa de la ocupación israelí en los territorios palestinos.
Peled-Elhanan está casada con Rami Elhanan, cofundador del Círculo de Padres - Foro de Familias (the Parents Circle - Families Forum).
Elhanan ha sido distinguida en 2001 con el premio Sakharov por los Derechos Humanos y la Libertad de Expresión, concedido por el Parlamento Europeo.
A continuación, encontraréis el discurso de Nurit en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo el 8 de
marzo de 2005, Día Internacional de la Mujer. 

Gracias por invitarme a este acto en el día de hoy. Es siempre un honor y un placer estar aquí, entre todos ustedes (Parlamento Europeo).

Sin embargo, debo decir que deberían haber invitado a una palestina en mi lugar, porque las mujeres que más sufren la violencia en mi país son las palestinas. Me gustaría dedicar mi discurso a Miriam R’aban y su marido Kamal, de Bet Lahiya en la Franja de Gaza, cuyos cinco hijos fueron asesinados a manos de soldados israelíes mientras cogían fresas en el campo de la familia. Nadie se sentará en el banquillo por este asesinato.

Cuando pregunté a las personas que me invitaron aquí por qué no habían invitado a una mujer palestina, la respuesta fue que eso haría que el debate fuera demasiado localizado.

No sé lo que es violencia no localizada. El racismo y la discriminación pueden ser conceptos teóricos y fenómenos universales pero su impacto es siempre local, y real. El dolor es local, la humillación, los abusos sexuales, la tortura y la muerte son todos muy locales, al igual que las cicatrices.

Desafortunadamente, es cierto que la violencia local infligida a las mujeres palestinas por parte del gobierno y el ejército de Israel se ha expandido por todo el mundo. De hecho, la violencia de estado y la violencia del ejército, la individual y la colectiva, son el destino de las mujeres musulmanas hoy en día, no sólo en Palestina, sino allá donde el ilustrado mundo occidental dirija su paso imperialista. Es una violencia que rara vez se suele abordar y que la gente en Europa y EE.UU. consiente sin más.

Esto se debe a que el llamado mundo libre tiene miedo del útero musulmán.

La Gran Francia de “liberté, égalité et fraternité” tiene miedo de las jóvenes con pañuelo. El Gran Israel Judío tiene miedo del vientre musulmán, al que sus ministros denominan amenaza demográfica.

El Todopoderoso Estados Unidos y Gran Bretaña están infectando a sus ciudadanos con un miedo ciego a los musulmanes, a los que describen como viles, primitivos y sedientos de sangre, además de ser antidemócratas, machistas y productores a gran escala de futuros terroristas. Todo esto a pesar de que quienes están destruyendo el mundo a día de hoy no son musulmanes. Uno de ellos es un cristiano devoto, uno es anglicano y el otro es un judío nada piadoso.

Nunca he experimentado el sufrimiento por el que pasan las palestinas cada día, cada hora, desconozco el tipo de violencia que convierte la vida de una mujer en un infierno constante. Esta tortura física y mental diaria de las mujeres a las que se priva de sus derechos humanos básicos y de su necesidad de privacidad y de dignidad, mujeres que sufren el asedio a sus hogares en cualquier momento del día o de la noche, que son obligadas a punta de fusil a desnudarse delante de extraños y de sus propios hijos, cuyas casas son demolidas, que son privadas de su sustento y de todo tipo de vida familiar normal. Esto no forma parte de mi experiencia.

Pero soy víctima de violencia contra las mujeres por el hecho de que la violencia contra los niños es realmente violencia contra las madres. Las mujeres palestinas, iraquíes y afganas son mis hermanas porque todas estamos en manos de los mismos criminales sin escrúpulos, que se hacen llamar líderes del mundo libre e ilustrado y que en nombre de esta libertad e ilustración nos roban a nuestros hijos.

Asimismo, las madres israelíes, estadounidenses, italianas y británicas han estado, en su gran mayoría, cegadas y les han lavado el cerebro hasta tal punto que no pueden ver que sus únicas hermanas, sus únicas aliadas en el mundo son las madres musulmanas palestinas, iraquíes o afganas, cuyos hijos han sido asesinados por los nuestros o que se inmolan con nuestros hijos e hijas. Todas tienen el cerebro infectado por los mismos virus engendrados por los políticos. Y los virus, aunque puedan tener diversos nombres ilustres como Democracia, Patriotismo, Dios, Patria, son todos iguales. Son parte de ideologías falsas que pretenden enriquecer al rico y dar poder al poderoso.

Todas somos víctimas de la violencia mental, psicológica y cultural que nos convierte en un grupo homogéneo de madres de luto o que podrían acabar de luto. A las madres occidentales se les ha enseñado a creer que su útero es un activo nacional, del mismo modo que se les ha enseñado a creer que los úteros musulmanes son una amenaza internacional. Se les educa para que aprendan a no gritar: «Yo le traje al mundo, yo le di de mamar, es mío y no dejaré que su vida sea más barata que el petróleo, ni que su futuro valga menos que un trozo de tierra.»

Todas estamos aterrorizadas por la educación que infecta las mentes para que creamos que lo único que podemos hacer es rezar porque nuestros hijos vuelvan a casa o estar orgullosas de sus cuerpos sin vida.

Todas nosotras fuimos educadas para aguantar todo esto en silencio, para contener nuestro miedo y frustración, para tomar Prozac contra la ansiedad, pero nunca para aclamar a Madre Coraje en público. Para no ser nunca madres judías, italianas o irlandesas de verdad.

Soy víctima de la violencia de estado. Mis derechos naturales y civiles como madre han sido violados porque tengo que temer el día en que mi hijo cumpla los 18 años y se lo lleven para servir de herramienta de juego de criminales como Sharon, Bush, Blair y su clan de generales sedientos de sangre, sedientos de petróleo y sedientos de tierra.

Viviendo en el mundo en el que vivo, en el estado en el que vivo, en el régimen en el que vivo, no me atrevo a ofrecer a las mujeres musulmanas ideas para que cambien sus vidas. No quiero que se quiten sus pañuelos o que eduquen a sus hijos de forma distinta, y no les alentaré a que constituyan Democracias a imagen de las occidentales, que las desprecian a ellas y a los suyos. Tan sólo quiero pedirles humildemente que sean mis hermanas, expresarles mi admiración por su perseverancia y por su valor para seguir adelante, por tener hijos y mantener una vida familiar con dignidad a pesar de las condiciones imposibles que mi mundo les impone. Quiero decirles que todas estamos unidas por el mismo dolor, todas somos víctimas de la misma clase de violencia aunque ellas la sufran mucho más, por ser maltratadas por mi gobierno y su ejército, con el patrocinio de mis impuestos.

El islam en sí mismo, como el judaísmo y el cristianismo, no es una amenaza para mí ni para nadie. El imperialismo estadounidense sí lo es, la indiferencia y la cooperación europeas sí lo son, y el racismo israelí y su cruel régimen de ocupación lo son. El racismo, la propaganda en la educación y la xenofobia inculcada convencen a los soldados israelíes para que ordenen a una palestina a punta de fusil que se desnude delante de sus hijos por motivos de seguridad. La más profunda falta de respeto por el otro es lo que permite a los soldados estadounidenses violar a las mujeres iraquíes, dar permiso a los carceleros israelíes para mantener a mujeres jóvenes en condiciones inhumanas, sin las condiciones higiénicas básicas, sin electricidad en invierno, sin agua limpia ni colchones limpios y separar a las madres de sus bebés y de los hijos a los que todavía están amamantando. Obstaculizar su camino al hospital, bloquear su paso a la educación, confiscar sus tierras, arrancar sus árboles e impedir que cultiven sus campos.

No puedo entender por completo a las mujeres palestinas ni su sufrimiento. No sé cómo sobreviviría a tal humillación, a tal falta de respeto de todo el mundo. Lo único que sé es que la voz de las madres ha sido acallada durante demasiado tiempo en este planeta asolado por las guerras. El grito de las mujeres no se escucha porque no son invitadas a foros internacionales como éste. Esto es lo que sé y es muy poco. Pero para mí es suficiente para recordar que estas mujeres son mis hermanas, y que se merecen que grite y que luche por ellas. Y cuando pierden a sus hijos en campos de fresas o en calles mugrientas en los controles de seguridad, cuando sus hijos son disparados de camino al colegio por niños israelíes que fueron educados para creer que el amor y la compasión dependen de la raza y la religión, lo único que puedo hacer es ponerme de su lado y del lado de sus bebés traicionados, y preguntar lo que preguntó Anna Akhmatova, otra madre que vivió en un régimen de violencia contra mujeres y niños:

¿Por qué este hilillo de sangre desgarra el pétalo de tu mejilla?
 
Dr. Nurit Peled-Elhanan
Traducción de Beatriz Abril Alegre
Viernes 6 de agosto de 2010



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